Crónica: Rodríguez en el Poble Espanyol (Barcelona), 8 de julio

Finding Sugar Man

Después de descubrir la película y de verla un total de cuatro veces. Después de comprarme la banda sonora, y más tarde sus dos míticos discos. Tras haber recomendado su increíble historia a varias decenas de personas -todas ellas eternamente agradecidas- y habiendo sido parte y testigo del boca a boca más sonado de los últimos tiempos, sólo quedaba esto. No importaba que el concierto hubiera sido pospuesto, que tuviera lugar a 600 kilómetros de casa o que el precio fuera cuasiabusivo. «Hay certezas que sólo se presentan una vez en la vida», que dijo Robert Kincaid antes de abandonar Madison County.

Y esta era una de ellas: conocer a Sixto Rodriguez. Escuchar, en directo, a Sugar Man.

Minutos antes del arranque, y tras la refrescante actuación de Free Fall Band, las dudas del respetable que abarrotaba el Poble Espanyol de Barcelona giraban en torno a cuales serían las aptitudes de Rodriguez a lo largo del show, y teniendo en cuenta los últimos acontecimientos: dos conciertos pospuestos por motivos de salud.

Sixto -así le llamamos los groupies para sentirnos sus amigos- salió puntualmente ayudado por su hija y confirmando que si no está del todo ciego desde luego poco le falta. Estupor, nervios, comentarios…hasta que Sixto encontró el micro. De ahí hasta el final, 70 minutos de pasión, entrega total, humor, sinergia y sobre todo muy buena música; la suya.

Tras arrancar con un acertado guiño a su público y sus raíces con ‘La Malagueña’, ‘Climb Up On My Music’ y ‘Only Good For Conversation’ dejaron patente que este poeta maldito puede ser tan roquero como el que más, encendiendo con ello a unos fans que ya no se apagarían hasta después de que lo hicieran los focos.

concierto rodriguez poble espanyol barcelona

Tras ellas, un buen puñado de sus canciones más celebres, aquellas que ponen banda sonora al mejor documental del año: ‘Crucify Your Mind’, ‘The Establishment Blues’, ‘I Wonder’, y por su puesto la ya inmortal ‘Sugar Man’. Todas ellas tocadas con un ritmo muy especial, con ese rasgueo de guitarra que define de forma inmediata las canciones del septuagenario de Detroit, y que parecen salir del mismo punto al que llegan: el alma.

La sinergia fue más allá, pues entre canción y canción Rodriguez habló del amor, del odio («un sentimiento demasiado complicado como para que lo gastemos en alguien que no merece la pena») y recibió además una sorpresa inesperada; una canción, el Happy Birthday, en recuerdo de los 71 años que cumplirá el 10 de julio.

A modo de agradecimiento, dos de sus canciones más hermosas y sentidas: ‘I Think of You’ y ‘Forget It’. También cantó otras de cosechas ajenas – ‘Unchained Melody’, ‘Fever’ – y el público las vivió con el mismo fervor que las demás. Porque los groupies somos así. Si Sixto ordena, nosotros obedecemos. Si no toca ‘Lifestyle’ será por alguna razón de peso que sólo él conoce, y si el concierto dura poco más de una hora entenderemos que es porque ya debe descansar.

Ahora bien, que no cuente con que cumplamos con la letra de ‘Forget It’, porque olvidar una noche así sería tan imperdonable como no haber encontrado, aún, a Sugar Man.

(Crónica publicada originalmente en el blog de José Núñez Tena)

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