Vetusta Morla: «Hay discos que, más que finales, suponen nuevos comienzos»

entrevista vetusta morla

Entrevistamos a Guillermo Galván, guitarrista de Vetusta Morla, con motivo de la publicación del último punto sin retorno de la banda madrileña, un álbum con el que han vuelto a conquistar a propios y ahora a cada vez más extraños


Vetusta Morla sabían que querían trazar un viaje para enfrentar el que sería su cuarto disco de estudio. Lo sabían desde el principio, como me reconoce al teléfono Guillermo Galván, guitarrista y compositor de la banda. «Era un disco muy esperado, pero fundamentalmente por nosotros, que estábamos ansiosos por ampliar los horizontes sónicos de Vetusta pero sin saber en todo momento muy bien hacia dónde y cómo. Hemos tenido que dejarnos guiar por la intuición y probar muchas cosas, y en esa búsqueda hemos encontrado cosas muy interesantes, con las que hemos disfrutado muchísimo».

Las direcciones han sido fundamentales en un disco que no por casualidad se ha terminado llamando Mismo Sitio, Distinto Lugar, y ellos mismos han trazado el hilo conductor de un viaje que les ha enseñado tanto como sorprendido. Desde su casa a Berlín y EEUU, poniéndose por primera vez en manos externas y con las posibilidades que siempre soñaron. «Teníamos la sensación de que para grabar el disco íbamos a necesitar no solo ir a un estudio al que fuéramos desde nuestras casas. Íbamos a necesitar más un lugar de convivencia, de campamento. En Hansa se juntaban varias cosas: lo primero eso, que nos permitía estar juntos y convivir. Y lo segundo estar en Berlín durante dos semanas, que es algo de lo que teníamos muchas ganas, y vivir también la experiencia a nivel humano».

Fue precisamente en Berlín donde Vetusta Morla se dieron cuenta de la naturaleza del disco, un poco el reflejo de su naturaleza como banda y del sonido que estaban buscando. «Berlín tiene mucho que ver con el disco —me cuenta Guille—, en el sentido de la incomunicación, igual que en el de la superposición de momentos y espacios. Es una ciudad que en una misma calle a lo largo del siglo XX ha tenido una guerra mundial, la guerra fría, un muro, movimientos contraculturales, la construcción de Europa… Es apasionante ver que un mismo espacio se puede convertir en lugares muy distintos dependiendo de la época». Y voilá: Mismo Sitio, Distinto Lugar.

«El disco ha sido una fotografía de un proceso que hemos vivido en el último año, tanto personal como musical, que tenía mucho que ver con nosotros mismos y con resituarnos y saber un poco de dónde veníamos y hacia dónde queríamos llevar la banda». La presión era evidente, aunque Guille me insiste en que llegaba en primer lugar siempre desde ellos mismos; los riesgos, necesarios. «Hemos tenido mucha responsabilidad en el disco, hemos intentado cambiar muchas cosas y eso genera ciertos temores. Como cuando estas perdido en el bosque, que es muy divertido hasta que oyes esos ruidos que no conoces y que asustan un poco».

Esa es en parte la filosofía Vetusta, la constante mutabilidad, la adaptación avanzada, camaleónica. «Un disco está para no repetir el anterior, para inventar cosas y probar otras que no has hecho antes. Ha habido una mezcla muy excitante de intuición y juego y también de temor». Por eso quizá yo les viera dubitativos y deslumbrados cuando enfrentaba el disco para escribir una crítica, como ese niño anonadado en un cuarto lleno de juguetes nuevos. El riesgo es real. Da miedo y es divertido. Y a Vetusta Morla les gusta la adrenalina.

Aun teniendo el itinerario claro desde el principio, optaron por dejarse llevar (suena demasiado bien) cuando llegaron a los estudios Hansa, y allí comenzaron a entrelazar lo orgánico y lo electrónico. «Añadir cosas que tienen que ver con instrumentos tradicionales como las celesta y cajas de ritmo de los ochenta, también una edición del siglo XXI, programas como Ableton utilizado como una herramienta creativa, como un instrumento más… La síntesis de lo orgánico y lo electrónico, y de muchas décadas de música ha sido un poco el reto del disco y seguirá siendo el reto en el directo».

Eso convierte al disco, incluso a ellos mismos, en una banda mutable, y así lo demuestran cuando se acercan a la televisión para tocar un tema o cuando comparten el videoclip de ‘Punto Sin Retorno’, una toma alternativa y meditadamente espontánea rodada en directo en los estudios de Berlín. Los Hansa han sido tan importantes que Mismo Sitio, Dintinto Lugar, según Galván, «es un disco que no se podría haber grabado en otro estudio. Por cosas que nos hemos encontrado ahí, material e instrumentos que solo había allí y que hemos probado por primera vez en la toma de la grabación y se han quedado en el disco tal cual».

Además, «a nivel musical, los Hansa son uno de los lugares de Europa más icónicos, y sobre todo han sido importantes para artistas que han sido capitales para nosotros, para nuestra educación musical y emocional, y que además utilizaron los estudios y decidieron ir allí, igual que nosotros ahora, en un momento en el que estaban buscando una especie de apertura, de metamorfosis». Uno de ellos fue David Bowie, que se liberó allí de los demonios del Duque Blanco, de la cocaína y los excesos para dar a luz una obra capital de Iggy Pop como es The Idiot y su «Tríptico» berlinés. Y a él se refieren explícitamente en una canción sobre ídolos inmortales como es ‘La Vieja Escuela’.

Vetusta Morla querían buscarse, y tenían clarísimo que Mismo Sitio, Distinto Lugar iba a surgir de improvisar siempre dentro de las directrices de un plan. «El disco se grabó en abril y en enero ya habíamos hablado con Fridmann. De hecho ya estábamos mandándonos material desde antes, demos del local, haciendo skypes… Estuvo en el disco desde casi el primer momento. Y llegamos a él sobre todo porque queríamos que este disco lo mezclara alguien completamente ajeno a nosotros, igual que hemos grabado por primera vez con un productor externo, Campi Campón. Por las características del disco, por cómo lo hemos grabado y sobre todo por todo lo que pasó en Hansa, teníamos claro que queríamos que el disco estuviera mezclado por alguien que no hubiera estado en el proceso de grabación».

Se sigue explicando, y es que quiere que quede muy claro. «Cuando tú grabas, mezclas, editas y formas parte de todo el proceso tienes una parte buena, que es que conoces por dónde han pasado todas las canciones, pero también otra mala, que es que quizá permaneces demasiado apegado a ciertos momentos y ello te dificulta a la hora de tomar decisiones. Y había tal cantidad de cosas que creíamos necesario un punto de vista externo, más panorámico. Dave había tenido contacto con las demos pero no sabía lo que había ocurrido durante la grabación, así que cuando llegamos a Tarbox, en Nueva York, se lo encontró un poco de sorpresa y no tuvo ningún reparo a la hora de trabajar y darle su toque, de modificar sonidos… es un experto colocando cada cosa en su plano».

Su mano se nota muchísimo en ‘El Discurso del Rey’ o en ‘Palmeras en la Nieve’, dos canciones saltarinas y juguetonas que encarnan el eclecticismo de un álbum que también hace lo propio con la selva sonora a la que se enfrentaron mientras grababan. El mismo Guille me lo reconoce: «Había discos con una unidad narrativa mayor, o un concepto más acotado desde el principio. Aquí hemos querido que todas las miradas o los puntos de vista de la banda estuvieran reflejados. Por eso hay ironía y sátira, o hay agresividad. Cosas que en algún momento habíamos intentado pulir pero que en este momento tenían que estar sobre la mesa».

La pregunta es inevitable. ¿Es este el rumbo que siempre quisistéis tomar, Vetusta Morla? «El rumbo que quisimos tomar —me contesta Guille, siempre con una melodiosidad poética que a veces hasta parece demasiado preparada— es el que viene marcado por la sensación de ser tú el que lleva el timón. A veces la inercia te sitúa en lugares que no entiendes muy bien, ni qué haces allí ni hacia dónde vas, y creo que ahora hay un sentimiento muy claro de poner las coordenadas y tomar un rumbo definido».

«Cuando llegas al final de un disco, muchas veces tienes un mapa de la situación, una gran foto, cosas muy cerradas, muy terminadas, y sin embargo este disco nos ha llevado a un punto que más que final es un nuevo comienzo… y eso es bonito, porque nos deja más caminos abiertos y un futuro muy emocionante por delante». Está claro que Vetusta Morla se sienten a las riendas de un nuevo corcel, uno que ahora ha de empezar a trotar.

Lo que no deja de ser significativo para una banda que ha hecho del trote constante una seña de identidad indeleble. Ya no por gusto, sino por las necesidades del mundo cambiante en el que se han ido desenvolviendo, de la mano del que han seguido creciendo, siempre ojo avizor y en actitud adaptativa. «Tuvimos la suerte o la desgracia de empezar en la industria clásica y haber tenido que ir reaprendiendo con los años la manera de llevar una banda, a medida que los tiempos y la tecnología hacían que los hábitos de consumo de la música y la propia industria mutaran. Y nos sentimos parte contratante de este cambio porque hemos sido juez y parte. Testigos como trabajadores, como espectadores y también como grupo de referencia».

Ellos lo saben, que son luz y guía, amigo, mecha y plan, y por eso se han permitido que MSDL vaya también sobre ellos mismos. Lo reflejan a la perfección dos canciones que no por casualidad están situadas al principio y al final del disco, abriéndolo y cerrándolo respectivamente en un círculo infinito que nunca termina de cuadrar. «Una trata más del hacia dónde tirar, que sería ‘Deséame Suerte’, y ‘Mismo Sitio Distinto Lugar’ es más echar la vista atrás y darnos un abrazo, y honrarnos de alguna manera a nosotros mismos. Que después de mucha búsqueda quizá hemos llegado a una nueva etapa y que hay que celebrarlo. Es una celebración del pasado y de lo que está por llegar, haber conseguido romper algo y seguir en el camino. Son dos canciones que nacen desde el epicentro de todo lo que hemos vivido».

Y que celebran a Vetusta Morla mismos, «algo más que seis tíos que hacen canciones». Una banda que casi más es ya un colectivo, y que traslada su discurso a cuantos más medios y espacios mejor. Poco antes de que hiciera esta entrevista estrenaban un Hand Album a través de Facebook móvil, y poco después un vídeo para ‘El Discurso del Rey’ emitido con guion de El Mundo Today en formato Periscope.

¿Ha sido importante Sony y el acuerdo de distribución bajo el que llega el nuevo trabajo de Vetusta Morla para dar un empujón, o para llevar un paso adelante la forma de comunicación, de desarrollo, etc.? Es decir, ¿trasciende la distribución? Guille me contesta firme. «El acuerdo con Sony está sobre todo basado en la necesidad de llevar nuestro música a sitios donde nos estaba costando la vida, especialmente Latinoamérica. Siendo un sello tan pequeñito como somos Pequeño Salto Mortal necesitábamos tener una asociación con alguien que nos permitiera seguir haciendo los discos de la misma manera (hemos trabajado desde nuestra total independencia) pero satisfacer una demanda mayor. Y la comunicación y la salida del disco la hemos trabajado igual, desde PSM, con unas ideas y unas líneas argumentales y una cronología de trabajo, que hemos compartido con Sony en distintos países y hemos trabajado y pulido en conjunto con ellos. Pero todo lo hemos hecho al principio como siempre, planeándolo los seis con la oficina y con la suerte de tener detrás ahora a un equipo mayor».

No hay sospecha posible con Vetusta Morla. Luz y guía. Anciana tortuga. Por muchos años más.


Consulta aquí las fechas de la gira de Vetusta Morla.

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