Nigel Godrich y Thom Yorke han decidido retirar el álbum de Atoms For Peace, Amok, de la plataforma de streaming Spotify. La razón, explicada por Thom Yorke y Godrich a través de Twitter, es que están en contra de su modelo de negocio, que consideran injusto.
Concretamente, esto es lo que ha tuiteado Yorke:
No os llevéis a engaño: los nuevos artistas que conocéis en Spotify no reciben nada a cambio. Mientras tanto, los accionistas ganan dinero gracias a ellos. Simple.
La explicación de Nigel Godrich ha sido un poco más extensa. En ella, dice que la industria musical ha sido tomada al asalto «por la puerta de atrás»:
Si no tratamos de hacerlo justo para los nuevos artistas y productores, la música como arte sufrirá. No os engañéis: estos son los mismos ejecutivos de la industria de siempre, tratando de dominar el sistema de distribución.
Aunque las cuentas todavía no le salen a Spotify, no se trata de eso. Se trata de que están estableciendo un modelo que les va a dar muchos beneficios. Mientras tanto los pequeños sellos no tienen ni para pagar la luz. No es justo. Y la gente está asustada y no se queja, porque no quieren perder la presencia que tienen gracias a Spotify.
Si la gente hubiera estado escuchando Spotify en lugar de comprar discos en 1973, no creo que se hubiera hecho un álbum como The Dark Side of The Moon, de Pink Floyd. Habría sido demasiado caro.
Este movimiento por parte de Yorke y Godrich es un importante cambio de posicionamiento con respecto al streaming, ya que Radiohead fueron pioneros en ofrecer streaming gratuito de algunos de sus trabajos. Ya se sabe, Thom Yorke siempre por delante.
Aparte del álbum de Atoms For Peace, Godrich también ha retirado el álbum de su banda Ultraísta. Por otro lado, Thom Yorke también ha sido noticia por otra pequeña curiosidad este fin de semana, ya que ha sido entrevistado por Daniel Craig, el actual James Bond, para Interview Magazine.
Si en efecto, este tipo de «nueva industria» no es más que una herramienta más de las empresas en querer generar dinero a costa de los propios artistas y músicos, una industria obsoleta y cuasi muerta, la postura de Yorke y Godrich no es para nada, en un principio, descabellada o incoherente, si no todo lo contrario, sólo demuestran lo podrida e ineficaz que es toda una industria. Y si la gente promedio no ve ese problema es por que su estúpida mente no alcaza a ver las cosas por la gran nariz que no les deja ver.