8 de octubre de 2014, mediodía, Alice Glass anuncia vía Twitter que deja Crystal Castles. «Voy a dejar Crystal Castles. Mi arte y forma de expresión, en cualquier forma, ha intentado siempre ser sincera, honesta y empática con los demás», dice.
«Por una serie de razones, tanto profesionales como personales, creo que eso ya no sea posible con Crystal Castles», añade. «Aunque este es el fin del grupo, espero que mis fans me acojan en mi carrera en solitario de la misma forma en que acogieron a Crystal Castles», concluye. La noticia de la separación del duo canadiense ha llegado como un rayo a cielo abierto para los fans de la formación, ya que hasta la fecha no hubo sospechas. Pero la cantante deja claro que no hay vuelta atrás, que es un divorcio y no una separación.
I am leaving Crystal Castles.
— ALICE GLASS (@ALICEGLASS) October 8, 2014
My art and my self-expression in any form has always been an attempt towards sincerity, honesty, and empathy for others.
— ALICE GLASS (@ALICEGLASS) octubre 8, 2014
For a multitude of reasons both professional and personal I no longer feel that this is possible within CC. — ALICE GLASS (@ALICEGLASS) octubre 8, 2014
Although this is the end of the band, I hope my fans will embrace me as a solo artist in the same way they have embraced Crystal Castles.
— ALICE GLASS (@ALICEGLASS) octubre 8, 2014
Los canadienses se formaron en Toronto en el 2004 y han publicado tres discos: I, II y III, y en estos 10 años han conseguido suscitar amor y odio en partes —casi— iguales. Ya sabéis, que si en un concierto Alice iba demasiado puesta, que si en otro la voz no se le oía apenas, que si esto o que si lo otro. Pero da igual que seas fan o hater, el caso es que con esa electrónica oscura pero bailable, mezclada con una actitud de lo más punk y una sobredosis de frenesí, han dejado huella. Yo, por mi parte, todavía espero una reconciliación en el futuro (próximo). Y aunque muchos sólo lamentan que ya no podrán tratar de meterle mano a Alice Glass en un concierto, yo por lo menos los voy a echar mucho de menos.
¡Un brindis, Alice!
