Viernes 25: Low pasamos bien (aunque sin grandes sorpresas)
Pido disculpas por el ridículo juego de palabras, pero fue la bromita constante de todo el festival, muy bien introducida por los Community Manager del mismo.
Ya entrando en materia, llegamos a la ciudad deportiva Guillermo Amor, nombre que a los más jóvenes les sonará exclusivamente al recinto del Low, sin relacionarlo con el mítico medio centro del Barça. Pero bueno, historias de abuelo cebolleta a un lado, fue el momento de centrarnos en elegir escenario dentro de la amalgama musical que encontramos dentro del recinto. Y optamos por el principal para escuchar a Ivan Ferreiro. El gallego provocó una de las primeras grandes concentraciones del festival y que un gran número de los 23.000 espectadores que hubo la noche del viernes, emigraran hacia el escenario Budweiser. Sin duda, este no fue un concierto que pasará a la historia, ya que daba la sensación de ser algo rutinario. Que sí, que es lo que tiene tocar en 20 ó 30 festivales del mismo corte con un público partido con el mismo patrón, pero es una sensación que nunca debe llegar al espectador. Y está muy bien que se centrara la presentación de su nuevo disco y tocaran temas como ‘Santa Adrenalina’, ‘Alien Vs. Predator’, y ‘El dormilón’, pero gran parte de los asistentes se llevó una decepción bastante importante al no poder escuchar temas muy suyos como ‘Años 80’. Una lástima.
Después de bajar posiciones para conseguir refrigerios con toda la comodidad del mundo, irrumpieron en el escenario Pelle Almqvist y los suyos, o los que es lo mismo, The Hives. El sueco tiene asumido su papel de estrella del rock y es todo fuerza, extravagancia, pasión, y quizá fue eso lo que salvó una actuación sin grandes alardes en lo musical pero notable en lo que a espectáculo se refiere. Su introducción, el mítico tema de la película Tiburón, fue el principio del mordisco en la yugular que pretendieron dar desde un primer momento, ‘I Want More’, ‘Tick Tick Boom’, ‘Walk Idiot Walk’, ‘Kinds Of Trouble’, ‘Main Offender’, ‘Take Back the Toys’ siguieron para terminar con ‘Hate To Say I Told You So’. Eso sí, al final el tiburón resultó ser más bien un delfín, pero pudimos divertirnos con él.
Llegó el momento de enfrentarnos a uno de los mayores dilemas y fuente de discusión musical que he tenido durante los últimos años. Vetusta Morla nunca ha sido un grupo muy de mi agrado a pesar de la multitud de amigos (y compañeros bándalos) que me los han tildado de la mejor banda española de los últimos años, artistas de niveles celestiales o grandes poetas que no se veían en España desde la Generación Del 27. Por todo ello, le di una oportunidad a su último disco La Deriva y les dediqué toda mi atención en esa calurosa noche de Benidorm. Nos presentaron una buena actuación, pero su directo no se acerca a las texturas sonoras que podemos encontrar en sus discos, con un Pucho totalmente falto de carisma en el escenario. También tengo que decir que después de esta actuación, en mi coche han vuelto a sonar temas de aquel concierto como ‘La Deriva’, ‘Los Días Raros’, ‘La Cuadratura del Círculo’, quizá me esté acercando a ellos poco a poco aunque sigo sin consentir la comparación con Radiohead. Pero vamos, que no me rasgo las vestiduras por verlos por ejemplo en nuestra lista de los mejores discos del año.
Después de los platos fuertes de la noche, nos pudimos tomar la cosa con más calma, procurando hacer todo lo posible para que a nuestros cuerpos se les olvidara llamar al día siguiente a nuestra querida resaca. En el escenario Ron Matusalen pudimos ver el final de los británicos Blood Red Shoes que ofrecieron un show muy ameno con su binomio guitarra-batería.
Cerramos la noche en la Vip-Pool, con el set de Ewan Pearson, que debía de estar sorprendido ante la ausencia de público y la pasividad de los pocos que allí estaban. Supongo que, después de todo, no es una gran idea una actuación reservada para un público vip, ya que corres el riesgo de que ninguno sepa apreciarla.
Sabado 26: Massive Attack lo deslumbró todo
El sábado comenzamos el día en la BBQ de Jäggermeister: piscina, bebida, comida y actuaciones como la de los garajeros The Parrots entre otros, se presentaron como un plan irrechazable (además gratis… Y lo bueno, gratis, es dos veces bueno). Lo cierto es que resultó ser muy divertido, cómplice también el comando Jäagger y el papel de buen rolleros profesionales que asumen con total naturalidad.
Aunque la BBQ había arrancado motores, tomamos la sabia decisión de descansar unas pocas horas pensando en lo que se nos venía encima. Una vez de vuelta al recinto, que colgaba el cartel de todo vendido, nos acercamos al escenario Sounds of Valencia, donde ya habían comenzado los valencianos Emmerson. Y a pesar de sernos desconocidos hasta ese momento, pudimos disfrutar de unas melodías muy bien trabajadas y música madura. Un agradable descubrimiento que seguramente les harán irá avanzando en horarios y público en próximas fechas. Y además, después de compartir un rato con ellos nos demostraron ser gente muy agradable y divertida.
Ahora sí, ya había llegado el momento de que Massive Attack invadiera el escenario, incluso apresuraron el fin de las actuaciones de Corizonas y Second para evitar interferencias sonoras y lumínicas que pudieran perjudicar al show que tenían preparado.
‘Battlebox’ con la increíble voz de Martina Topley-Bird fue el comienzo de un concierto diferente. Junto con este tema empezaron la batería de mensajes que fueron proyectando durante todo el concierto: las multinacionales farmacéuticas, las grandes corporaciones, la sociedad tecnológica, la guerra de Irak, o las aberraciones que se están cometiendo en Palestina, fueron algunos de los temas con los que estimularon al público. Está claro que los de Bristol se toman muy en serio su capacidad de transmitir a las masas y aprovechan la ocasión para mostrar su opinión y su compromiso indudable con muchas causas, sin caer en la demagogia o en el oportunismo ya que su trayectoria, más que coherente, así lo demuestra. La calidez de sus canciones dio un giro a la noche buscando un pensamiento crítico ante situaciones en las que no se puede estar siempre mirando hacia otro lado.
Por otro lado, grandes temas como ‘Teardrop’, ‘Future Proof’ o ‘Risingson’ se clavaron en las entrañas de los presentes con la facilidad de un cuchillo ardiente que penetra la mantequilla. ‘Angel’ (con la voz de Horace Andy) continuó encandilando a los realmente seguidores del grupo, y con ‘Unfinished Sympathy’ y los mensajes contra las salvajadas perpetradas hacia el pueblo palestino, provocaron un acalorada ovación final.
Karen Marie Ørsted, la joven danesa conocida como Mø, nos había generado curiosidad tras su reciente paso por el Sónar, pero las expectativas creadas quedaron en un simple momento de descanso con música de fondo, ya que su pop- electrónico carece de un fundamento que lo haga destacable o simplemente llamativo. Quizá lo mejor fue su versión de las Spice Girls ‘Say You’ll Be There’ y creo que con eso lo digo todo.
Con Editors tampoco pretendíamos purgar nuestras almas, y así fue: un directo prácticamente idéntico al que habíamos visto meses atrás en Murcia, aunque sus clásicos atemporales, como ‘An End Has A Start’, hicieron más llevadero el tiempo hasta el final del concierto. Solo con ‘Papillon’ nos permitimos algunos saltos que nos elevaron unos centímetros del suelo.
Para concluir nuestro paso por el Low, el elegido fue Sebastian. El dj y productor francés dejó otra vez claro que la electrónica no es el fuerte de este festival por la escasa afluencia de público en el escenario y el estilo simplón y poco evolucionado que nos presentó. Lo que más destaco de su sesión, fue encontrarme al doble de Ewan McGregor.
A pesar de todo esto, del grave error al no incluir el karaoke que había hecho mis delicias años atrás y de los pequeños problemas que se provocaron en la actuación de Massive Attack, la valoración no deja de ser muy positiva y así lo demuestran la gran afluencia de público que se presentaron en los 3 días.
Todas las fotos son de la organización.