Muse – Discografía

muse bellamy glastonbury

Si nos pusiésemos a nombrar las bandas más influyentes y relevantes del siglo XXI, y dejando de lado gustos personales, todos tendríamos que ceder a Muse uno de los primeros puestos. Seis álbumes de estudio en algo más de dos décadas de existencia han sido suficientes para colocar al trío inglés (Matt Bellamy, Dominic Howard y Christopher Wolstenholme) en lo más alto de la música actual.

Influenciados por Radiohead, Smashing Pumpkins o Nirvana, rápidamente demostraron una visión del rock muy particular, que ha ido derivando a lo largo de sus discos hasta alcanzar un estilo en el que la libertad a la hora de componer es la principal característica.

Con innumerables seguidores por todo el mundo, sus mejores discos no tienen problemas para colarse en casi cualquier lista de los medios especialiados y, más allá de opiniones personales, no se puede negar que tienen uno de los directos más espectaculares del momento.

En definitiva, Muse es una banda masiva, por usar una palabra que a ellos les gusta mucho, y uno de los últimos representantes del rock de estadios, que no es poca cosa. Que habrá a quien le repateen esas bandas, vale, pero no creo que haya una banda de rock en el mundo que no sueñe con salir por la puerta grande de Wembley o con hacer la canción de los Juegos Olímpicos. Así que, ante Muse, un respeto.

En fin, ahora que estamos a las puertas de su séptimo disco (y ya con tema nuevo), qué mejor momento para hacer un recorrido por toda su carrera y de paso brindar un pequeño y merecido homenaje a este trío que últimamente se ha llevado más críticas que otra cosa (también alguna nuestra, lo reconocemos).

Showbiz (1999)

Es Showbiz un lienzo en blanco donde el trío de Teignmouth arrojó todas sus influencias y sus ganas, para pintar un cuadro irregular, aunque brillante en algunos momentos, que iba a conformar el sonido futuro de la banda; canciones como ‘Muscle Museum’ o ‘Sunburn’ definen el alma de su estilo y recuerdan a los himnos que posteriormente colocarán a Muse en lo más alto.

Asoman aquí, entonces, el falsete de Bellamy, la presencia de importantes melodías al piano, la alternancia entre momentos íntimos (con la preciosa ‘Unintended’) con otros fuertemente distorsionados (‘Uno’), la relevancia del bajo y los épicos solos de guitarra.

Lejos de ser un disco redondo, sí hay que reconocer que es una respetable declaración de intenciones.

Nota bandálica: 6,5

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Origin of Symmetry (2001)

Abriendo la trilogía de sus discos más aclamados, Origin of Symmetry supuso el primer gran triunfo de Muse; en cuanto a ventas, se embolsó un doble platino, lo cual no fue sino el reconocimiento a la calidad de un gran disco.

Comienza igual que su antecesor: ‘Newborn’ nos introduce un piano y Bellamy susurrando al micrófono hasta que, pasado poco más de un minuto, todo explota en un remolino de sonidos que elevan la tensión hasta un nivel casi apocalíptico. El salto cualitativo con respecto a Showbiz es evidente; no en el sonido, que simplemente siguió su evolución natural, sino porque todo el furor y la potencia que contenía el trío inglés se plasmó de forma mucho más bestial, pero a la vez equilibrada, sin altibajos.

Canciones como ‘Bliss’ o ‘Plug In Baby’ se convirtieron al instante en himnos de la banda y en la mejor definición del sonido Muse. Mención aparte merece la versión de ‘Feeling Good’, usada en películas, series y anuncios hasta la saciedad; un ejemplo de clase y estilo personal.

Nota bandálica: 8,5

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Absolution (2003)

Absolution es puro músculo de los británicos y uno de los discos preferidos de sus admiradores. Aquí todo es más grandilocuente, más épico (‘Stockholm Syndrome’), más apocalíptico (‘Apocalypse Please’), más todo. Muse sigue puliendo su sonido, siendo el mejor ejemplo una de mis canciones favoritas, ‘Time is Running Out’, que parece sacada de su disco debut y maquillada hasta llevarla hasta su máxima perfección.

También he destacar ‘Butterflies and Hurricanes’, usada como banda sonora de un juego, como una de las canciones más destacadas del disco, que combinan a la perfección la intimidad de algunos pasajes con la épica de otros y donde, además, Bellamy se atreve a juguetear con un puente dominado simplemente por un desbocado piano. Sin embargo, a mi parecer, el éxito más redondo de Absolution es ‘Hysteria’, una canción genialmente inspirada, perfectamente armónica y con una fuerza devastadora.

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Nota bandálica: 8

Black Holes and Revelations (2006)

Cumbre máxima de la banda. Más de 115.000 copias vendidas en el Reino Unido durante la primera semana. La progresión sonora continúa, aunque leve como siempre: el sonido se oscurece y la electrónica gana fuerza (sólo hay que escuchar el ‘Take A Bow’). ‘Map of the Problematiqué’, la preciosa ‘Invincible’ o ‘Assasin’ representan las caras más interesantes del disco.

Sin embargo, el disco deja su tesoro más preciado, ‘Knights of Cydonia’, para un honroso final, épico a más no poder y una de las canciones más inspiradas de la banda que abrió su mítico concierto en Wembley.

He dejado para el final ‘Supermassive Black Hole’ (¿la canción más famosa del grupo?), que clava su bandera sobre esa cumbre musical que este disco. Usada también hasta la saciedad en el cine, la televisión y los videojuegos, versionada en innumerables ocasiones (hasta por el grupo juvenil de quien escribe estas líneas) es, sin duda, la canción más atractiva (desde el punto de vista comercial) que Bellamy y compañía han compuesto.

Nota bandálica: 9

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The Resistance (2009)

O el comienzo del cambio. Tras la magnífica triada de discos que le precedieron, The Resistance supuso un giro en el sonido de la banda hacia un estilo más libre donde, sin perder la épica que les caracterizaba, ganaba fuerza una electrónica oscura y letras altamente politizadas.

El elepé desató al mismo tiempo críticas negativas y positivas por la deriva que había tomado el sonido de la banda. Pero algo quedó claro: Muse, tras cuatro grandes discos, iba a dedicarse a hacer lo que les diese la gana, y eso incluía presentar experimentos como ‘Exogenesis’, una increíble composición dividida en tres cortes que alternaba partes dominadas por instrumentos de cámara, junto con otras que desplegaban el sonido clásico de la banda.

No hay que olvidarse de la intro de The Resistance, con ese teclado a-lo-Camela, todo un atrevimiento; o la segunda parte de ‘United States of Eurasia’, donde se atreve a incluir parte de una composición de Chopin. Destacar también la divertida ‘I Belong To You’ (también usada en el cine) y ‘Uprising’, quizá la canción más cercana al sonido tradicional del trío británico.

Nota bandálica: 8

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The 2nd Law (2012)

El último disco de Muse, hasta ahora, ha sido el más controvertido parido por los británicos. Aunque fue un éxito total en ventas y llegó rápidamente a los números uno de casi todas las listas internacionales, no se libró de una afilada crítica tanto especializada como de sus seguidores, cuyas opiniones se movieron entre la estupefacción y la admiración.

Sin duda, se trata del disco más personal de la banda, donde la experimentación se une a un profuso trabajo de reminiscencia, dando como resultado un sonido particular, algo lejano a aquel que les dio la fama y en donde queda plasmada la idea de que Bellamy y compañía actuaron con total libertad para componer.

A mí personalmente no me gusta, aunque he de reconocer que ‘Panic Station’ me encanta y que ‘Madness’, salvando que recuerda demasiado a Queen, tiene su gracia. También ‘Survival’ debería ser salvada de cualquier quema, pues es de lo más inspirado del grupo y recuerda a otras grandes composiciones épicas como ‘Knights of Cydonia’ o ‘Butterflies and Hurricanes’. Además, como banda sonora de unos Juegos Olímpicos es increíblemente apropiada. No obstante, el resto del disco se me hace aburrido, repetitivo y no me aporta mucho.

Con The 2nd Law ocurre algo que quizá se veía venir desde años antes: Muse por fin acaban ahogándose en ese mar de electrónica en el que se habían adentrado poco a poco, sin ninguna necesidad.

Nota bandálica: 6

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Drones (2015)

No sabemos que nos deparará Drones, el que será su séptimo disco. Pero podemos escuchar ‘Psycho’, su primer adelanto, y especular sobre si Bellamy & cía seguirán esa senda de recuperación de su sonido básico, rockero y contundente o si, por el contrario, sólo han jugado al despiste y como siempre nos guardan unas cuantas sorpresas.

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Personalmente, dudo mucho que Muse recupere al 100% ese sonido que les hizo famosos durante la pasada década. Sería ilógico, pues ya recurren a sus grandes éxitos durante las giras. Parece más plausible que Muse siga el camino que marcó The Resistance y continuó The 2nd Law; libertad absoluta para crear lo que a estos tres chicos les dé la gana, aunque a veces se equivoquen (o eso nos parezca a sus fans). Porque si alguien se ha ganado con creces ese derecho, son ellos.

Drones llegará el 8 de junio de 2015. Ese día hablamos.

Puntuación de los lectores

5 comentarios en «Muse – Discografía»

  1. Dentro de las influencias creo que hubiera sido importante añadir, a modo de apunte, el hecho de que el padre de Matt, George Bellamy, fue integrante de The Tornados, primer grupo inglés en ser número uno en Estados Unidos. Además, el tema en cuestión, ‘Telstar’, es el que sirve de inspiración para ‘Knights of Cydonia’.

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  2. Yo amo The 2nd Law, para mí es mi álbum favorito de Muse, quedó admirado cada vez que lo escucho. Como verdadero admirador de Muse me encantan todos sus álbumes, pero mi favorito, la obra maestra: The 2nd Law.

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