León Benavente son una banda contundente. Ya lo demostraron en su debut homónimo con temas como ‘Las Hienas’, ‘La Palabra’, ‘Revolución’ o sobre todo ‘Ser Brigada’. Pero lo verdaderamente interesante de su caso es la heterogeneidad homogénea que consiguen definir. Llegados de diferentes puntos de España, de diferentes bandas – aunque la semilla surja detrás de Nacho Vegas – y constituidos en algún lugar entre León y Benavente, su música se sitúa, del mismo modo, en una intersección entre la tensión y la calma. Entre el intimismo reflexivo y la descarga liberadora. No falta en ellos tampoco la dicotomía entre la actitud contestataria y rebelde del que sabe que está en sus manos la revolución y la melancolía filosófica del que ha vivido demasiado, lo suficiente para darse cuenta de que dicha revolución no es posible. «Lo que está claro es que algo tiene que cambiar… o se irá todo a la mierda».
Entre ruidismo, guitarras math, bajos sintéticos de post-punk, la sonoridad del dream y el noise pop y ritmos kraut, León Benavente acaban ocupando finalmente un lugar orbital en la música alternativa de nuestro país a base de recoger influencias de todos sus pesos pesados y sintetizarlas en una propuesta auténtica, cabal y de una enorme proyección. El propio Nacho Vegas y sus Manta Ray se pasean por aquí junto a Los Planetas, El Columpio Asesino y Triángulo de Amor Bizarro. Y, a través de ellos, aparece la sombra de bandas internacionales como Can, Stereolab, New Order, Primal Scream o los más recientes DIIVE.
Su segunda referencia, ‘2’, que pudimos escuchar en exclusiva de la mano de Warner, mantiene el concepto pero ennegrece la propuesta y la endurece en todas sus aristas. El sencillo, ‘Tipo D’, sorprende por su contundencia y por apostar por ese deje vocal de Abraham Boba cercano al spoken-word, pero también por incluir elementose electrónicos para guiñarle un ojo a esas bandas de dance-punk que pueden recordar desde a Franz Ferdinand o los Klaxons hasta los LCD Soundsystem de James Murphy y su sonido DFA (atentos a ese cencerro… revelador).
Esos elementos tienen mucho que ver con Luca Petricca – fan de Metronomy – y Mike Marsh – que ha trabajado con Yazoo o Depeche Mode -. Ambos son parte del equipo de producción del nuevo trabajo, y les acercan al beat que desarrollaron Dorian en la década pasada. Un homenaje, otra vez, a la música española y su posición dentro del sonido europeo y una demostración más de que León Benavente no son un mensaje unificado sobre el que perfeccionarse sino todo un concepto sonoro que apuesta por recrearse en todos los matices posibles y desdoblar se en todas sus vertientes. Son sintetización, un tamiz de referencias y un cóctel, en definitiva. Bien hecho, de esos en que se reconocen el saber de cada una de sus partes tanto como el del resultado final.
El próximo 8 de Abril verá la luz el sofomoro. De aperitivo, un nuevo sencillo, «La Ribera», estrenado esta mañama. No queda más que esperar.
