Crítica: Haim tienen algo que decirte

El cóctel de Haim, en el que están entrelazadas con gusto referencias exquisitas, sigue siendo delicioso, pero todavía puede saber mejor


Cuatro años han pasado desde que Haim publicaran su debut. Cuatro largos años desde que las hermanas de Los Angeles le dieran al pop un golpe de frescura dotando de una potencia melódica extra al sonido Devon Hynes: pop sintético con fijación tardo ochentera y abierto, como el impresionismo, a incluir trazas de otros elementos y otras culturas, resultando en a veces artificiales pero deliciosos ritmos tribales, ganchos japonistas y, por qué no, licks rockeros de guitarra.

La integración puede ser una de las bases de este género que ya ha extendido sus tentáculos hasta Nueva York y al mundo. Es indiscutible la influencia de Days Are Gone en Taylor Swift a la hora de acometer su conversión en diva alternativa, como lo es en Jack Antonoff, que hoy por hoy, además de llevar otro proyecto de pop interesante (Bleachers), produce a Lorde. Pero también en bandas que quieren seguir la línea como Haerts o en las otras divas teenager del pop norteamericano, como Carly Rae Jepsen o Selena Gómez, y en las que aspiran a convertirse en divas del pop algún día, como Shura, que desde su visión particular también ha trabajado sobre el básico de Haim, uno de esos discos, que lejos de rozar la perfección, están hechos para acaparar un lugar protagonista dentro de tu armario por pegar con casi todo y en cualquier época del año. Un clásico generacional, como pudieron serlo los debuts de Madonna o Stevie Nicks, que se cruzan cómo no en lo nuevo de Haim, igual que en el grueso del género.

Como digo, en los cuatro años que se han tomado las hermanas para entregar su sofomoro, Blood Orange ha sacado discos; Fleetwood Mac se han reunido con todas las de la ley, siguen de gira y han acabado medio haciendo un disco sin Stevie —que ha reavivado además por su parte la llama de su carrera en solitario— y firmado por Lindsay Buckingham y Christine McVie; Solange, que fue una de las influencias fundamentales para ellas, ha cambiado de derroteros y se ha ido a un r&b más reflexivo y político; Blondie han regresado (en forma) aprovechando la boga de un sonido y de un groove disco que dominan a la perfección; las divas del pop han buscado su lugar como iconos alternativos y ha fallecido Prince, y a lo mejor nos hemos saturado un poco de pop tan bisoño y facilón.

Aún así, esperábamos noticias de Haim como agua de mayo (de julio en este caso), y las chiquillas lo sabían. Es lo imponente de regresar —poco tiempo después de demostrar el buen gusto que tienen en el estudio en un vídeo dirigido por Paul Thomas Anderson en el que tocaban una versión demo de ‘Right Now’— con un sencillo titulado ‘Want You Back’. Las queríamos de vuelta, y nos dejaron plenamente satisfechos con una canción sutil, simple pero preciosista y llena de matices, con lo mejor del primer disco —para cuando salió el videoclip, con coreografía minimalista y naif de Francis & The Lights, nos tenía tan enamorados que no dudamos en situarla en el top 3 de nuestras canciones del verano—. ‘Want You Back’ abre el álbum escenificando de primeras el paso transicional entre unas Haim más electrónicas y las Haim más rockeras que ya se adivinaban en su directo (y no tanto en Days Are Gone; volvieron a demostrarlo cuando salieron a por todas en el último Primavera Sound, por sorpresa dentro de la propuesta #UnexpectedPrimavera, o en el vídeo de más abajo, con una intensísima actuación en Glasto) y que van a cobrar protagonismo en Something To Tell You.

O al menos eso parece escuchando también ‘Little Of Your Love’, un número guitarrero construido sobre un lick de blues y en el que a Danielle parece haberle poseído el espíritu de Lindsay Buckingham. No es raro teniendo en cuenta el enorme peso que ejercen Fleetwood Mac sobre el sonido de las tres hermanas Rockinghaim. De ellos han heredado los juegos vocales que son ya de una de sus mejores señas de identidad y que están reforzados además por unos lazos familiares que parecen resultar fundamentales a la hora de asentar la complicidad que requieren estas armonías (Beach Boys, Kinks, Simon & Garfunkel, The Carpenters, ABBA, Arcade Fire o los propios Fleetwood Mac). Pero no solo eso: también toda una atmósfera, una afinación y un estilo en el que despliegan su mejor versión, salvadas por el hecho de que los británicos, asentados por cierto en Los Angeles durante su plenitud creativa (en general, la costa oeste es la joya de la corona del soft rock), no hicieron tantos discos al máximo nivel como para que nos cansáramos.

Donde mejor se aprecia es en ‘Nothing’s Wrong’, que vuelve a reivindicar Tango In The Night como disco emblemático de la revisión moderna del género y en la que Danielle, una bestia de carisma inapelable, podría colar por hija perdida de Lindsay y Stevie, aunando en sí misma algunas de las mejores virtudes de ambos: la guitarra cargando con la responsabilidad rítmica desde un segundo plano siempre protagonista; la voz entre dulce, indolente e intensa. Pero es que igual puede pasar vocalmente por Christine McVie en ‘Night So Long’, la oscura balada que cierra Something To Tell You.

También los sintes brillantes de Christine están por todo el trabajo, deshaciéndose en cascadas de colores, igual que los de Prince. Es imposible no nombrarle teniendo en cuenta que el sonido Minneapolis es una de las piedras angulares de este art pop que traza relaciones entre el r&b, el synth y el rock, da igual el tiempo y el lugar, pero es que las propias Haim le refieren veladamente en un par de momentos: las voces de anunciación que anticipan ‘Little Of Your Love’ y que recuerdan a las que hacían lo propio con ‘1999’ o el más explícito en la letra de ‘Nothing’s Wrong’ («sign of the times / sign to your crimes»).

Otro de los elementos característicos que emplean Haim a la hora de producirse, siempre en colaboración con su cuarto miembro, Ariel Rechtshaid, son las cajas de ritmos y las baterías procesadas, ralentizadas digitalmente o que buscan lograr los efectos espaciosos de las técnicas de Phil Collins, como el reverse talkback que puede dar a veces una sensación artificial o sobre producida.

Pero lo verdaderamente importante de todo esto es la coherencia con la que están trazadas todas las influencias que manejan: no es nueva la historia de Stevie Nicks interrumpiendo su luna de miel impactada por ‘1999’, que sonaba en la radio, para comprar una grabadora casera y acabar en un motel de carretera alumbrando ‘Stand Back’, para cuya versión final contó con el mismísimo Prince, ni nueva es la importancia que tuvo el de Minneapolis para que Phil Collins terminara de definir el sonido de su carrera en solitario —se ha hablado y se hablará del parecido de ‘Sussudio’ con la misma ‘1999’—, aunando el pop en el que había acabado derivando Genesis con sonidos negros, el funk, el soul y el r&b. En el disco de Nicks al que pertenecía ‘Stand Back’, The Wild Heart, también hacía su aparición Tom Petty, otra de las influencias guitarreras básicas de Haim, dejando patente que aquí están todos relacionados.

Y es la síntesis precisa, auténtica y perfecta la que sustenta en esencia la fórmula de Haim: la revisión necesaria, amparada en un inteligente y diestro cruce de estilos, de un género arrebatador para una juventud que no tuvo el gusto de vivir su apogeo y ha de conformarse con reverenciarla. No sorprende, por tanto, que Devonté Hynes, un poco padre espiritual de este revival, aparezca como co autor de ‘You Never Knew’, un sutilísimo suspiro que adquiere una atmósfera mágica gracias a un vibe melódico muy de Stevie Nicks en Rumours y a un soleadísimo jugueteo entre la guitarra y los teclados.

A través de él llegan influencias modernas como la Solange que él mismo produjo en True, que aparece en ‘Walking Away’, co escrita y producida por el ex Vampire Weeknd Rostam, y en una ‘Ready For You’ que viene producida y escrita en colaboración con Twin Shadow y que también recoge la épica percutiva de Phil Collins, algo en lo que Haim siempre se han apoyado con maestría; las tres hermanas tocan la batería, y en torno a un kit se reúnen para una jam durante sus interpretaciones en vivo del temazo ‘Right Now’.

La misma tensión creciente, llevada al clímax por los coros y los redobles, es la que convierte ‘Found It In Silence’ en una de las joyas ocultas del disco, que podría encajar perfectamente en lo último de Lorde, pero es en ‘Right Now’ donde alcanza otro nivel. Si una se comporta de forma más previsiblemente pop, la otra rompe esquemas engordando con una contención implosiva que se ahoga en interferencias de ruido y se libera con una suavidad relajada y prolongada, resistiéndose a romper o a acabar, minimizando sus elementos según va avanzando la experiencia de su intensidad. «And now you’re saying that you need me, babe (right now! right now!)», y la batería marcial, y los vientos militares traídos del How Big… de Florence + The Machine.

Lástima que esa fórmula tan puramente Haim no tenga la misma consistencia en temas como ‘Something To Tell You’ o ‘Kept Me Crying’, que junto a ‘Want You Back’ representan la línea más continuísta con Days Are Gone, y que las letras, aunque estén espetadas siempre con firmeza y urgencia, no sean capaces de salir de los tópicos amorosos de celos, idas, venidas, faltas, sobras, síes, noes, quieros y no quieros. Es lo que les falta a Haim para dar el definitivo salto de seriedad.

De momento, Something To Tell You es una segunda entrega a la altura, que nos deja con ganas de más y que, aunque no confirma todas nuestras expectativas (que siguen estando, quizás, por las nubes), sí consigue saciarnos. Todavía no está explotado el 100% de su potencial, y mucho mejor. Significa que tenemos Haim para rato, que seguirán trabajando por lograr una perfección con la que ya están curtidas en coquetear.


7,65 /10


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