Si por algo destacamos el país vecino es por su gusto musical: arriesgado, ecléctico, variado y de calidad… quedando demostrado en la cantidad y calidad de sus festivales
Aquí empieza la segunda parte de nuestro (intenso) repaso a lo que nos ofrece Portugal de cara a los amantes de los festivales. A pesar de que ya hemos nombrado a algunos míticos como el Super Bock Super Rock, todavía queda mucha leña que cortar. Eso sí, como siempre, todo al primer toque y al pie, para que os entren ganas de ir a alguno.
En esta nueva tanda incluimos algunos que se siguen caracterizando por no repetir cabezas de cartel (igual que en España…) y, como aspecto que nos llena de orgullo (y satisfacción), también incluyen entre sus line up algunas bandas de nuestro país. Promotores españoles, id tomando nota. Y todo en lugares naturales muy acogedores… ¡cómo se lo montan estos portugueses!
REVERENCE SANTARÉM
Otro de los eventos más importantes, que se celebrará los días 8 y 9 de agosto, en cuanto a metal y rock desértico además de post–rock. Encabezan los metaleros Moonspell (auténticos dioses del metal gótico portugués) y bandas de las más diversas procedencias, auténticas figuras del underground space–post–stoner rock. Muchos puntos en común con el Sonic Blast. Cambian de ubicación esta edición y se van a Santarém, localidad cercana a la capital lisboeta.
VAGOS METAL FEST
Otro evento de metal en otro paraíso natural, Quinta do Ega, desde el 11 al 13 de agosto. Un menú gourmet para amantes del metal: las leyendas Metal Church, bestialidades como Havok, Gorguts o Chelsea Grim; el folk–metal de Primordial o Korpiklaani, Gama Bomb y su thrash old school. En definitiva, puras exquisiteces metalera.
FESTIVAL MEO SUDOESTE
Del 1 al 5 de agosto nos vamos al sur de Portugal, en pleno parque natural del Alentejo. Un entorno espectacular en la localidad de Zambujeira nos encontramos con este decano festival orientado a la fiesta, al baile, a la electrónica, al hip-hop… En el caso de la edición de este año cuenta con Martin Garrix, Jamiroquai, Lil Wayne, Dua Lipa, Two Door Cinema Club, los omnipresentes Crystal Fighters (que visitaron Granada en diciembre)… Y si a esto le sumamos Djs varios, la fiesta está asegurada.
ENTREMURALHAS
Algo especial, insólito, exclusivo, de culto y con un aforo muy limitado. Un escenario de película (Castillo de Leiria) gótico,electro extremo, industrial… figuras difíciles de ver en otros eventos. Hablamos de maestros del industrial como los canadienses Front Line Assembly, los americanos Tuxemodon, el inclasificable Perturbator o Nicole. Sin duda, una experiencia única.
QUINTANILHA ROCK
Una de nuestras recomendaciones especiales. Un festival en un entorno paradisíaco y que sigue demostrando que Portugal cuida mucho la ubicación de sus festivales. Una unión casi perfecta entre música, gastronomía y naturaleza. Un cartel con mucha presencia español, con apuestas (que tristemente no se tienen en cuentan en nuestros festivales) como son los impresionantes Jupiter Lion, la psicodélica de Melange, los gallegos Guerrera con su stoner instrumental, los portugueses First Breath After Coma (que lo petaron en su actuación en el pasado NOS Primavera Sound de Porto), a las que se le suman auténticas estrellas del underground portugués como Marvel Lima, Xinobi, 800 Gondomar. Altamente recomendado.
VILAR DE MOUROS
Otro decano de los festivales portugueses. Por él han pasado gente tan dispar como Iron Maiden, Alanis Morisette, Frank Black, Beck, Skunk Anasie, Neil Young, The Cure, Ben Harper o Faithless. Y es que 51 ediciones dan para mucho. Situado en Caminha, al otro lado del Sil, no podía ser menos en un entorno que quita el hipo. Eso sí, no os olivéis el antimosquitos si asistís a él.
Esta edición cuentan con Morcheeba, Jesus & Mary Chain, Primal Scream, The Young Gods o The Dandy Warhols. Otro festival que recomendamos por experiencia propia.
Lo que decíamos al comienzo: de todo, para todos los gustos, apostando fuerte, arriesgando por nuevas propuestas…y sobre todo, festivales que no se fotocopian el cartel. Hecho que se agradece enormemente. Y es que cuánto hay que aprender (musicalmente hablando) de nuestros vecinos portugueses.